lunes, 7 de marzo de 2016

1930



1930 – Noviembre 10 – A unas pocas leguas de la Vieja Castilla - Una espesa polvareda dejó entrever la silueta de tres camiones. Desde ese lugar, avanzaban en una estampa borrosa y de silencio. Olor a pasto y a bosta de vaca y un coro de hombres con musicalidad cansada y sudorosa daba ritmo al movimiento de sus herramientas. La imagen lejana advierte la llegada de extraños. El que zapaba en la zanja hizo una seña al viejo que tenía a su costado izquierdo, y este al otro. Y así, poco a poco, los treinta y cuatro campesinos quedaron mirando hacia el horizonte, sin emitir palabras. Solos, en un silencio. Fue entonces, que el más joven, giro su cabeza, los observo a todos tratando de buscar lo que él ya había adivinado, entonces dijo: Llego el Teatro !!!. Los campesinos, comenzaron a reír con sus bocas sin dientes y con rostros toscos, curtidos con surcos en la piel, y ese muchacho corrió, corrió. Llego el Teatro!!! Vienen los actores!!!. El capataz quiso detenerlo con un grito rasposo y herido: Chiripa!!! Venga, tome su zapa.... No se detuvo, giró el torso subiendo los hombros y las manos…Y en una respiración profunda, Chiripa exhaló un grito desde lo mas profundo de su ser… Hay que avisar al pueblo!!!.

El sol caía recto sobre la frente de los jóvenes que bajaban sacudiendo la tierra de sus overoles. El más activo y ansioso de frente amplia, busco con inquietud el campanario de la Iglesia. Allí está!, señaló por encima de una arboleda, mostrando a todos, a los barraqueros y a campesinos. Allí haremos Lope de Vega, mañana, cuando caiga el sol y se detenga la siembra y la faena. Miró con una sonrisa a sus comediantes y con seriedad a ese grupo de hombres y dijo: Los quiero mañana y sin ausencias.
Dispersos alrededor de los camiones, los jóvenes barraqueros comenzarían la rutinaria tarea de transformar el espacio con la escena. Con tablas, forillos, telones pintados, focos que darían movimiento, sal y pimienta a la imaginación de parroquianos, con los más grandes y bellos textos del Teatro del Siglo de Oro.
Cuando las palabras del Director daban las indicaciones a los actores, un joven portando la mascara de Arlequino, irrumpió exhausto y sin aliento en esa ronda de escuchas, llamando la atención de todos. Esa máscara negra, con el falso cuerno cortado de un diablillo ó un simple chichón que le provocó el golpe propinado por su patrón, cubría el movedizo e inquieto gesto del campesino. Sus ropas andrajosas con parches, no difería mucho del que llevaría el personaje de la Commedia dell’Arte. Todos quedaron atraídos por ese singular hombrecito, no separaban su vista y él, entre inhibido y asustado, se quitó la máscara. Era de mi abuelo!.

El que coordinaba a los jóvenes, mientras tomaba la máscara, pregunto: Era conocedor de la Commedia dell’Arte?
Más aún, era un Cabotín.
Entre sorprendido y curioso…Un Cabotín?
Sí un Cabotín, como Uds…
Un joven del grupo se apresuro a corregirlo, - Nosotros somos barraqueros, pues provenimos… Ya lo sé, interrumpió el joven campesino…pertenecen a la Barraca...”Un nombre lindo. Una cosa que se monta y se desmonta, que rueda y marcha por los caminos del mundo…” , lo he leído…”conducen a sus camiones con el corazón y con el espíritu”…
Y un Cabotín? Es un barraquero?
Un Cabotín es un cómico de la legua, un trotamundos, entre bufón, juglar con técnicas del mimo,… podía hacer su acto sobre un carruaje, en una taberna, sobre un mesón, bajo una galería, o en medio de una feria… Un verdadero actor. De aquellos que recorrían los distintos espacios para transformarlos...
Un verdadero valuarte de la escena, y Ud ha cargado con esa herencia?
Yo seré el próximo Cabotín!
Y pregunto?... representará textos de Calderón, de Tirso de Molina, de Lope de Rueda?... hay tantos por Dios!...o acaso hará la obra de Cervantes? Nosotros, los Comediantes de La Barraca vamos por ellos…
No, lo mío es mucho más moderno…
Ah! Si!?
Yo diré textos de Lorca…
Oh! Y será buena elección?, le dijo el Director…
La mejor!
Entonces, mucha suerte! Perdón...cual es su nombre?
Me dicen Chiripa… de chico era muy meón, y Ud?
Mi nombre es Federico…
Adios! Federico!
Hasta Siempre!



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